“La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”. Howard G. Hendricks.
El 21 de abril reconocemos la importante labor que las educadoras realizan en la primera etapa de la educación de las niñas y niños, fundamental en la formación de una sociedad con valores.
Cada 21 de abril se conmemora el Día de la Educadora. El origen de este festejo se debe a que en esa fecha nació Federico Froebel, pedagogo alemán, quien es considerado como creador de la educación preescolar.
La teoría de Froebel indica que el infante se expresa a través de las actividades de la percepción sensorial, el lenguaje y el juguete. El lenguaje oral se asocia con la naturaleza y la vida.
Parte del importante trabajo de las educadores es desarrollar competencias, afectivas, sociales, lingüísticas, motoras, cognitivas y artísticas, así como favorecer los hábitos de higiene. Considerando que los niños y niñas son seres integrales y que en sus primeros seis años de vida se logra el desarrollo óptimo, su educación maternal y preescolar implica un gran reto y una gran responsabilidad para nosotros, ya que éste debe ser un trabajo colaborativo entre padres, madres y docentes donde nuestro primordial objetivo sea formar y educar para la vida.